Relato de ficción .




El crimen de Recoletos 

    Resulta que durante el siglo XIX se fueron desenterrando casos de crímenes de gente adinerada que se taparon en el siglo XVIII con el fin de evitar escándalos en la sociedad . El que hoy os voy a narrar es el crimen de Recoletos . A mediados del siglo XVIII , justo al lado de un árbol del paseo de Recoletos , apareció tendida en el suelo Gracia Álvarez , una joven de quince años . Yacía en el suelo estrangulada con lo que parecía ser una corbata , su cuerpo estaba lleno de moratones y tenía todos los signos de haber sido violada . 


    Germán Pérez era un policía de la milicia urbana que creó Carlos III hacia el año 1759 . La familia de Gracia le pagó bien para que investigara el caso , era el único de la milicia urbana que de verdad se interesaba por las personas , y no dejaba pasar los crímenes de largo como algo lógico y normal de la época . Por si no lo saben , esta milicia estaba formada por personas que no habían dado la talla en el ejército por alguna discapacidad . Ese resentimiento que tenía Germán por no haber servido en el ejército , lo vertía hacia un sentimiento positivo de querer ayudar a las personas que lo necesitaran . El crimen fue un escándalo en la sociedad española , ocultado , pero un escándalo al fin y al cabo . El principal sospechoso de Germán Pérez fue el tío de la niña , Samuel Álvarez . Samuel era tomado por la gente como " el coco " , las madres aterrorizaban a los niños con la idea de que él era "el coco" , y como no se acostaran a la hora que ellas les dijera , " el coco " iba a ir a por ellos .  


    La verdad es que Samuel no era muy agraciado , también era de una clase social baja y vestía con trapos sucios . Su hermano mayor se apiadó de él , le dio trabajo cuidando a los animales de su finca y limpiando los cobertizos más la cabaña de la misma . Eso sí , nadie podía saber que era pariente de los Álvarez , eso era un secreto entre la familia . La familia le trasladó a Germán Pérez sus sospechas hacia él , pero Germán en cuanto le vio en persona , le descartó . Le descartó como asesino porque en el escenario del crimen , encontró algo revelador : un gemelo de una gema tallada , lo que no fue muy popular hasta el siglo XIX . En el siglo XVIII los que llevasen esta clase de gemelo sólo podían ser gente de clase social alta , personas a las que le gustasen los lujos , personas distinguidas como los Álvarez . Este detalle Germán se lo guardó dentro y no se lo comentó a la familia . Para él alguien de la familia había matado a la chica y ese alguien no era el tío Samuel precisamente . 


    Pronto alguien corrió la voz de que Samuel Álvarez era el tío de la niña , y los madrileños le culparon directamente . Pedían la horca para él , exigiendo justicia . Y la verdad es que el tío era buena persona , su único exceso era ir de taberna en taberna , gastándose el sueldecillo del mes . Le gustaba acercarse a los niños , pero no por nada malo ni perverso , sino para hacerles ver que él no era ningún coco y que no tenían porqué temerle . No obstante , sin comerlo ni beberlo , Samuel Álvarez fue a la cárcel . A los dos días le iban a ahorcar , pero Germán ante ello no podía hacer la vista gorda . Quería justicia . La autopsia en estos tiempos era algo tabú , prohibido , un campo sin explorar . Pero nuestro policía conocía al mejor anatomista de estos tiempos : Pedro Virgili , un médico pionero en el campo de la cirugía que había sido el fundador del Real Colegio de Cirugía de Cádiz . Hasta este centro el policía llevó el cuerpo de la joven difunta . 

  
    Fue en mitad de una clase cuando apareció German con dos hombres de confianza portando el cuerpo de la chica y preguntó : " ¿ Por qué no le enseñas a tus alumnos a diseccionar un cadáver de verdad , Pedro ? " . Pedro Virgili le respondió : " Se me cae el pelo , Germán , leches , pareces nuevo ."  Sin embargo , los jóvenes alumnos le rogaron que trabajara con un cadáver de verdad , estaban hartos de los maniquíes . Germán se disculpó por haber interrumpido la clase de forma abrupta , se justificó exponiendo el caso y sintiendo de verdad lástima por el inocente al que iban a ajusticiar en pocas horas . Entonces su amigo Pedro , le dijo : " Venga , ya estamos tardando " . Sustituyeron la figura que había en la mesa por el cadáver de la malograda Gracia . De lo primero que se dio cuenta el doctor era de que Gracia murió asesinada estando embarazada de cuatro meses . Además , logró determinar la hora de la muerte : hacia las 02 : 00 de la madrugada , cuando la ciudad dormía en Madrid . 

  
    Pero ya está , nada concluyente para la resolución del caso . El testimonio de la familia Álvarez había sido el mismo : todos se fueron a la cama después de cenar , a las 22:00 h de la noche . Respecto al embarazo , Germán Pérez pensó que Gracia estaba embarazada porque la prometieron a un joven duque , y tanto el duque como ella , no habían esperado al matrimonio . Total , al pasar los dos días , iban a ajusticiar al pobre Samuel Álvarez . Delante del cadalso , empezó a concentrarse la gente clamando la muerte de un inocente . Germán Peréz decidió no quedarse a ver semejante espectáculo y se fue . Los padres de la niña parecían estar conformes con la sentencia , le agradecieron su investigación pero él se fue del patio frustrado .

  
    Durante el camino de vuelta , se encontró con el hermano de la víctima , Arturo Álvarez , un hombre bien parecido de unos treinta años , éste le paró , le estrechó la mano derecha y le dijo amablemente : " Buenos días , inspector . Toda la familia le estamos muy agradecidos por haberse implicado tanto por mi hermana ."   Y allí estaba justo en el puño de la chaqueta un gemelo idéntico al que el policía encontró en la escena del crimen . Germán le pidió a Arturo lo siguiente : " ¿ Me puede estrechar su otra mano , por favor ? . Ahí estaba la prueba definitiva . El ojal del puño de la chaqueta vacío . Arturo llevaba puesta la misma chaqueta que llevó cuando asesinó a su propia hermana . Germán , estrechándole la mano al asesino , le dijo a Arturo , que se vio delatado , lo siguiente : " La amaba . Amaba a su propia hermana . No sé si ella a usted , pero ante un matrimonio provechoso , nadie se podía enterar de un incesto . Es más , si no iba a ser para usted , no sería de nadie , ¿ verdad , Arturo ? ."   Arturo , sintiéndose descubierto , confesó : " Ella me amaba a mí , a mi ... pero mis padres nos querían separar . Era muy joven para casarse con alguien ."  A continuación , Germán le arrestó sin resistencia y le llevó ante el patíbulo . 


    Hizo parar el clamor popular , al verdugo , que iba ya a colocarle la soga a Samuel , y al fraile que estaba rezando unas palabras de la Biblia para el venidero difunto . Explicó ante el Rey Carlos III , sentado en la tribuna junto a su esposa , María Amalia de Sajonia , y las autoridades más importantes de Madrid , que se iba a ajusticiar al marginado de la  familia y que había sido Arturo Álvarez el verdadero asesino . Entonces , en el último momento , se cambiaron los reos . Antes de que Germán dijera nada , irrumpió en llanto la madre de Arturo , Gracia Rodríguez , quien también bajo la cabeza de inmediato en cuanto vio arrestado a su hijo . Estos gestos la delataron como cómplice . Pero aquel día se hizo justicia . Germán no quiso ver cómo ahorcaban a Arturo , pero sí dirigió unas palabras a la madre al oído . Más o menos fueron éstas : " Usted fue quien hizo correr la noticia de que su cuñado era el tío de la niña para que le vieran culpable , y así , tapar la aberración que había cometido su hijo . Su castigo será verlo morir . Yo no diré nada acerca de su complicidad ."   Con estas palabras , nuestro policía se fue , dando carpetazo al caso . 


    Otro que se fue como alma perseguida por el diablo fue Samuel Álvarez , quien buscó trabajo en otro sitio y nunca más se acercó a su familia . Se le permitió unas palabras a Arturo Álvarez , éstas fueron las siguientes : " Mamá , papá , hoy es un día de alivio para mí , no lloréis , porque me reuniré con ella , el amor de mi vida ."  Los padres se abrazaron llorando desconsoladamente y todos los madrileños concentrados allí , sintieron vergüenza de sí mismos . Cuando reaccionaron los primeros y fueron a disculparse con Samuel , éste ya había desaparecido . Nunca más supieron de él , sólo que trabajaba en una casa grande de un pueblo de Sevilla , haciendo las labores de limpieza y cuidado de los animales . Se recuperó al tiempo de tantos prejuicios y maledicencia hacia su persona sin sentido . Dio con personas de mentalidad más abierta y sana , no volvió a oír el mote de "coco" , fue feliz hasta que murió casado y con dos hijos ya mayores . Por consiguiente , a veces , las apariencias engañan y puede doler más la condena en vida que la gente de tu entorno te haga sentir , que la propia muerte . 



Relato elaborado por Eva María Vicente Belmonte . 


   


     

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